La Flora fósil del yacimiento de La Val (Estadilla, Huesca)

Rafael Moreno-Domínguez

Área de Paleontología, Departamento de Ciencias de la Tierra, Universidad de Zaragoza, 50009 Zaragoza, España.

 

El yacimiento de La Val está situado en el barranco del mismo nombre, a un kilómetro al norte de la localidad de Estadilla. Desde un punto de vista geológico, se encuentra enclavado en el flanco norte del anticlinal de Barbastro-Balaguer, estructura geológica que discurre de Oeste a Este, y cuyo núcleo central estaría situado en la zona de Barbastro. Los materiales geológicos en los que se encuentra el yacimiento pertenecen a la Formación Sariñena y consisten básicamente en una alternancia de areniscas y arcillas; no obstante, también aparecen potentes depósitos de gravas cementadas. Todos estos depósitos fueron generados por cursos de agua procedentes de los primitivos Pirineos.
Los restos fósiles de plantas encontrados en la Península Ibérica muestran que ésta estaba poblada hace 23 millones de años por bosques subtropicales bajo un clima cálido y lluvioso sin grandes variaciones estacionales. Estas variaciones estaban controladas más por las precipitaciones que por las temperaturas. La Val se desarrolló bajo un clima subtropical, cálido-templado y lluvioso con una corta estación seca. Aunque hubo fases a lo largo de su historia en las cuales debió de existir un largo periodo seco durante el año. El tipo de vegetación que debió de existir en La Val pudo ser similar al que que existe hoy en día con los bosques riparios o bosques de ribera. Los bosques de ribera son comunidades vegetales que se desarrollan sobre las orillas de los arroyos, ríos, charcas, pequeñas lagunas o lagos y en algunas tierras inundables. Este bosque se extiende lateralmente desde las mismas orillas de los cursos de agua hasta las llanuras de inundación e incluso por zonas mucho más alejadas. La vegetación de estas
zonas crece en suelos con el nivel freático muy próximo a la superficie y está adaptada a inundaciones periódicas. Esta vegetación tiene una fuerte dependencia de los factores ambientales, principalmente del clima, substrato y régimen hídrico.
En la actualidad, en la Península Ibérica estos bosques están constituidos por diferentes especies de árboles y arbustros. El aliso común o aliso negro (Alnus glutinosa) domina bajo condiciones de alta humedad y escasas oscilaciones de temperatura, siendo la especie más característica en estos bosques, creciendo en la misma orilla de los ríos. En climas más templados esta especie está asociada con avellanos (Corylus avellana), abedules comunes (Betula pendula), abedules blancos (Betula alba) y saúces cenicientos (Salix atrocinera). Cuando las condiciones son más secas y hay fuertes variaciones de temperatura, los alisos son reemplazados por fresnos: fresno común (Fraxinus excelsior) y fresno de hoja estrecha (Fraxinus angustifolia); y chopos (Populus alba), además de diferentes especies de saúces de pequeño porte, principalmente de saúces blancos (Salix alba), estos últimos son especies pioneras de este tipo de ambientes. Entre las especies de arbustos que forman parte de este tipo de bosques destarían: adelfas, zarzas, hiedras, lúpulos, etc.
El contexto de La Val pudo corresponder con zonas más o menos llanas afectadas por inundaciones periódicas debidas a los desbordamientos de los cursos de agua que discurrían por la zona. Este hecho pudo haber dado lugar a diferentes ambientes: áreas bajo una lámina de agua muy pequeña, o inexistente, donde la vegetación colonizaría toda el área, dando lugar al desarrollo de suelos; áreas aisladas inundadas que formarían pequeñas charcas o lagunas donde la vegetación crecería en sus orillas; y áreas inundadas, pero conectadas al curso principal donde la vegetación crecería en sus márgenes. Los restos vegetales encontrados nos indican la presencia de una cobertera arbórea creciendo en las orillas de estas zonas. Esta vegetación estaba dominada por alisos, junto con diferentes helechos y equisetos que crecían en zonas
húmedas y sombrías, bien al mismo borde de la orilla o al pie de los árboles. Los equisetos colonizarían también zonas inundadas. Aparte de este grupo de vegetación existió otro que vivió más alejado de las orillas y que habría constituido pequeños bosques aledaños a los bosques de alisos. Esta vegetación debió de estar formada por laureles y mirtos que también habrían podido vivir entre los alisos como arbustos o como árboles de pequeño porte. Otro grupo de plantas encontradas son los saúces que habrían formado densos grupos colonizando las pequeñas islas de tierra que se forman en el interior de los canales de los ríos.
Aparte de estos ambientes, hay restos de vegetación que indican la presencia de ambientes distintos que debieron de existir próximos a la zona. Así la presencia de semillas y hojas de pino indicarían áreas más elevadas y secas rodeando a estos bosques, mientras que Parrotia (árbol de hierro) podría indicarnos la existencia de otros tipos de bosque. En función de la asociación vegetal encontrada se ha estimado una temperatura media anual de entre 13-16,5 º C y unas precipitaciones medias anuales de entre 1000-3000 mm con hasta cuatro meses secos. Estos bosques serían comparables con los bosques de laurel actuales de las islas Canarias o Madeira.

La Flora fósil de La Val (Estadilla)


Deja un comentario